La soledad del pianista

“La soledad del pianista” es la última novela que ha escrito Maria Victòria Lovaina, una maestra y pedagoga que compagina la docencia con la escritura. Maria Victòria Lovaina ha diversificado su producción literaria pudiendo encontrar en su obra tanto cuentos y novelas como también narraciones breves, casi todos ellos galardonados con premios. Entre sus novelas encontramos “Amb ulls de nina” (Premio de Novela Joescric 2008), “Dietari de les Gorges” (Premio Palabras a Icària 2009) y “Pell de gat” (Premio Soler i Estruch 2012). Por lo que respecta a sus narraciones cortas podemos encontrar “Ernesta”, “Hivern a Roma”, “Veu de sucre”, “L’home que camina”, ganadoras de diferentes premios literarios.

“La soledad del pianista” narra la historia de dos familias (los Carreras y los Pascal) cuyos destinos se unieron tras el fatal desenlace que tuvo el Sirio, un barco que naufragó en la costa de Cartagena cuando se dirigía rumbo a Argentina. Entre su tripulación se encontraban Sindo Carreras y Mateu Pascal, dos jóvenes barceloneses en busca de un futuro prometedor en el Nuevo Mundo que vieron frustradas sus ilusiones pero que gracias al desastre marítimo del Sirio forjaron una enorme amistad a pesar de que sus vidas tomaron rumbos muy distintos: Sindo Carreras regresará a Barcelona donde se ganará la vida como pianista tocando en el Hotel Peninsular y en el cinematógrafo Belio-graff, y más tarde como maestro de señoritas de clase alta, mientras que Mateu Pascal viajará a Alemania, concretamente a Leipzi, donde aprenderá el oficio de afinador de pianos.

Como podréis apreciar, el piano será el instrumento que haga de nexo de unión entre ambas familias y es ahí donde ganan importancia los verdaderos protagonistas de esta novela: Mijáil Carreras Pascal, bisnieto de Sindo Carreras, y Vador Carreras, hijo de Sindo Carreras, entre quienes existe una conexión especial por su pasión y amor por el piano.

Mijáil, un joven pianista que vive por y para el piano, le ha pedido a su abuelo Vador pasar quince días en su casa de Vallvidrera para poder preparar a conciencia los tres conciertos que tiene que dar en primavera Sala Pleyel de París. Será durante este tiempo cuando Mijáil tratará de averiguar, qué ocurrió aquella tarde cuando, con tan solo tenía diez años, la recepción de una pequeña caja de madera remitida desde Alemania hizo saltar por los aires la supuesta armonía que hasta ese momento reinaba en su familia. Estas preguntas y conversaciones entre abuelo y nieto permitirán tanto a Mijail como al lector, a través de la voz del abuelo Vador, descubrir los secretos mejor guardados de la familia, las disputas más enraizadas y la verdadera razón del distanciamiento en la familia Carreras–Pascal.

“La soledad del pianista” nos traslada a la Barcelona industrial en auge de los primeros años del siglo XX retratando por un lado a la burguesía catalana que se instalaba en hoteles para escuchar música de piano en directo y por otro lado una clase obrera cada vez mejor organizada, reivindicativa y sindicalista.

“La soledad del pianista” es un relato de ficción salpicado de realidad donde las calles y los lugares en los que se emplaza la historia son reales así como también lo son algunos nombres propios y los acontecimientos históricos que se mencionan, como el atentado contra Cambó o la muerte del músico Enric Granados.

Como no podía ser de otra manera, “La soledad del pianista” está dividida en diez capítulos denominados “movimientos” como si se tratara de una sinfonía que, a su vez, se subdividen en otros capítulos más cortos que alternan el día a día de Vador y Mijail con las vivencias de los antepasados de la familia Carreras-Pascal, haciendo una novela muy coral.

Si alguna pega se le puede poner a esta novela es que se nos ha hecho un tanto repetitivo y monótono las conversaciones y discusiones mantenidas entre Vador y Mijail, además de que al principio de la novela, con tantos personajes por ubicar, existen momentos de confusión que propician que al lector le cueste engancharse con la historia.